domingo, 10 de febrero de 2008

Walsh

“En 1964 decidí que de todos mis oficios terrestres, el violento oficio de escritor era el que más me convenía. En la hipótesis de seguir escribiendo, lo que más necesito es una cuota generosa de tiempo.
“Soy lento, he tardado quince años en pasar del mero nacionalismo a la izquierda; lustros en aprender a armar un cuento, a sentir la respiración de un texto; sé que me falta mucho para poder decir instantáneamente lo que quiero, en su forma óptima; pienso que la literatura es, entre otras cosas, un avance laborioso a través de la propia estupidez.”


Rofolfo Walsh es posiblemente el arquetipo del periodista comprometido con su tiempo. Escritor prolífico, genial cronista, militante de palabra y acción. Nació el 27 de enero de 1927 en la por entonces llamada Colonia de Choele-Choel y a los diecisiete años se acercó a la escritura como corrector en una editorial. Recorrer su obra es repasar casi un cuarto de siglo de historia argentina y latinoamericana. Y leerla es una sorpresa constante: por su prosa magistral y por la claridad abrumadora de su mirada sobre la realidad.

Por eso este blog ha inaugurado su "archivo de lecturas" con su Carta abierta a la Junta Militar, un texto que a más 30 años de haber sido escrito sigue siendo profético. Se lo puede considerar un homenaje, aunque esa palabra suene bastante sospechosa. O solamente un reconocimiento como uno de los inspiradores de este pequeño aporte.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No me cierra ni Petroff, ni Aides, ni los medios de Corrientes.
No me cierra que el hijo de la Presidenta de Diputados Meabe de Mathó esté en la misma sociedad rural que Demarchi.
No me cierran las cartas a los lectores de los hijos de...
No me cierra el Vice-Decano de Derecho defendiendo a los represores.
No me cierra que el primer juicio en el interior esté en manos de un juez del Opus Dei (Alonso) paraguayo nacionalizado argentino.
No me cierran muchas cosas, que no se pueda grabar, que no se pueda televisar, todo está muy raro. No sé qué diría Walsh pero no soy ingenua. La Masacre de José León Suárez fue fruto de su investigación, ojalá ustedes descubran qué hay detrás de todo este berenjenal.
(Miss Marple)

VictorMae dijo...

quiero un futuro distinto, y por eso tengo que pensar, y al pensar pienso: quién firmó los ascensos de los militares? respuesta: los legisladores representantes del pueblo, básicamente radicales y peronistas. y quién autorizó y revisó los planes de estudio del colegio militar y de las escuelas de guerra? respuesta: la comisión de educación de las cámaras legislativas, que representan al pueblo, y que fueron elegidas por el pueblo, y que son candidatos de los partidos políticos, básicamente radicales y peronistas. O acaso los represores vinieron de júpiter? o de venus? o de otro país no controlado por nuestros legisladores? eh? así que, como yo quiero un futuro distinto, además de todos los juicios quiero que miren para atrás y vean quiénes hicieron subir: los programas de estudio, los ascensos, etc etc etc y que sean juzgados TAMBIÉN. Eso sí sería un nunca más en serio, eso sí sería justicia en serio, eso sí me haría pensar en un futuro distinto. Todo (TODO) lo demás, es una parcialidad para la prensa, parte del circo que acompaña al pan que cada uno consigue o bien laburando o bien por "curros" de conocidos políticos de los partidos tradicionales.

Marlowe dijo...

Víctor, es interesante tu comentario: no quedan dudas de que la dirigencia política tuvo una gran cuota de participación y complicidad en la represión, cuando fue ejercida por gobiernos militares, y abierta responsabilidad cuando lo fue en un cotexto democrático. Sin embargo, las relaciones entre civiles y militares a lo largo de (por poner un marco) los últimos cincuenta años fueron bastante complejas y no siempre amistosas. Un libro interesante sobre el tema es "Civiles y militares", de H. Verbitzky, que relata las tensiones entre unos y otros en torno a los primeros intentos de juzgar a los represores.

Entonces, si uno piensa el tema de cara al futuro, coincidimos en que es necesario tener en cuenta el pasado de quienes hoy ocupan un lugar de trascendencia política. Pero juzgarlos por ciertas omisiones o acciones indirectas me parece una delegación que nos quita la responsabilidad de analizar y evaluar individualmente y como sociedad (al margen de la inviabilidad jurídica, pero eso es otro tema).

Es decir, creo que el verdadero desafío es tener conciencia de las acciones y omisiones de quienes se postulan para representarnos y apoyarlos, o no, en función de eso. Y si por ahí no se salva nadie, aceptar el desafío mayor de buscar y generar nuevos dirigentes. Personalmente creo que de eso y del compromiso que pongamos en ello depende alcanzar un futuro mejor.

VictorMae dijo...

no sé si Dios, pero la patria debería demandarlos (no es lo que juraron?) y no puedo calificar de "indirecto" al descontrol de los planes de estudio de las insituciones militares ni a la aprobación de ascensos de gente con perfil psicológico y moral que hace a un torturador y golpista. Yo creo que es demasiado directo, y han sido elegidos por el pueblo y propuestos por sus partidos políticos, todos del planta tierra, todos salidos de jardines de infantes nacionales, escuelas primarias nacionales, etc etc, nacionales, TODAS INSITUCIONES CONTROLADAS por civiles, básicamente radicales y peronistas. Más que complejidad lo llamaría complicidad, ignorancia, desparpajo, inmoralidad y otras parecidas. Eso no se llama "política", eso se llama "cualquier cosa que nos venga bien a los incapaces".